Hoy en día, respecto al tema suscripciones, toca no ser condescendiente y recordar un aspecto fundamental que muchas personas suelen olvidar por la simpatía que le profesan a ciertas marcas: las empresas no tienen interés en ser tus amigas, solo quieren quedarse con tu dinero. Que no te extrañe que un servicio suba de precio si es popular, porque a los accionistas y empresarios que llevan traje y corbata les da igual que unos pocos jugadores se indignen, mientras haya un grueso de ellos pasando por el aro. Hasta el online de las consolas lleva 10 años siendo de pago.
La acción individual y la movilización colectiva
Es importante tener una cosa en cuenta, si no has dejado de leer todavía. Este texto no busca obligarte a que te movilices, no puede importarme menos lo que quieras hacer de manera individual. Cada uno es libre de hacer lo que le plazca y de reclamar lo que considera legítimo del modo que considere oportuno. Y lo que haga una sola persona cambiará poco la situación. Este tipo de situaciones solo se revierten de manera colectiva, y si la comunidad no se organiza para ello, es porque todavía hay mucha gente dispuesta a seguir consumiendo.
La acción individual y la colectiva, así, distan muchísimo de su objetivo. Mientras que la acción individual responde más a que cada persona siga sus principios para sentirse bien consigo mismo ( y lo digo sin ánimo peyorativo; cumplir el fuero interno de cada persona es crucial a nivel de autoestima), la colectiva es la que puede lograr cambios sustanciales en el tablero de juego. Ahora, con un par de conceptos fijados, es hora de hablar del problema con las suscripciones de videojuegos. O más bien, de sus subidas de precio sin un techo a la vista.
Una empresa buscará exprimir el máximo dinero posible
Microsoft es una de las compañías más ricas del planeta por una sencilla razón: han sabido qué hacer para ganar más dinero que nadie desde hace más de 40 años. Xbox es uno de sus muchos tentáculos, y cuando las cosas no van como desean (los beneficios se ralentizan), toman decisiones para que esas gráficas vuelvan a proyectar barras más altas. Pero no es solamente el caso de Microsoft, ya que Sony, pese a que su aumento de precio en las suscripciones no es tan reciente y no tiene tanto dinero, tampoco se caracteriza por pensar mucho en el consumidor.
¿Y por qué? Sencillamente, pensar en el consumidor da menos dinero que estirar el chicle hasta su punto de ruptura. Que suban los precios de las suscripciones son, únicamente, nuevos estiramientos que, además de proporcionarles más ingresos, también sirven de laboratorio de pruebas para ver hasta dónde están los usuarios dispuestos a aguantar. Por tanto, si sigues pagando las suscripciones tras el aumento de precio, lo que las compañías entienden es que todavía puedes tragar con más decisiones anti consumidor. Ellos no verán tu descontento hasta que dejes de pagar, puesto que es lo único que verdaderamente les importa.
Buena muestra de ello está en el hecho de que los usuarios de consola hayan normalizado llevar más de una década pagando por poder jugar en línea con otros usuarios a juegos que ya han pagado. De hecho, es bastante ridículo que, en pleno 2024, con suscripciones que ofrecen cientos de juegos como servicio de valor, la posibilidad de jugar online sin suscripciones todavía no exista. Es un melón que podría volver a abrirse, si las comunidades de estas plataformas no llevasen años discutiendo sobre qué consola estrena menos juegos y comenzaran a enfocarse en reivindicaciones importantes.
Se sigue respirando conformismo
Personalmente, tengo la impresión de que los jugadores de consola no están tan molestos con estas subidas de precio de las suscripciones, pese al ruido de las redes sociales. De haber un descontento generalizado, la acción colectiva de la comunidad se haría notar de un modo más preocupante para las compañías. De hecho, aún se mantiene cercano el ejemplo de la comunidad de PC y Helldivers 2, ante una de las acciones más difíciles de entender por parte de Sony para dañar de manera irreversible el prestigio de su juego más exitoso del 2024 hasta la fecha.
Pese a las constantes subidas de precio de las suscripciones, se sigue respirando conformismo en las comunidades de PlayStation y Xbox, por lo que es difícil, de esta manera, que el panorama a nivel de usuario vaya a mejorar en ninguno de los dos casos. Una plataforma ya está abandonando la Realidad Virtual después de hacer que los usuarios se gasten más de 500 euros en unas gafas, y la otra está desmantelando estudios de culto como si estuvieran a punto de quebrar, y las comunidades no ponen el grito en el cielo. Sin movimiento colectivo, no habrá cambios palpables, y si nada cambia, la acción individual de muchos se quedará, como mucho, en saltar al PC y bajar del barco de las consolas.
El PC, por descarte, seguirá ganando terreno
Pese a los problemas más comunes que acarrea jugar en PC, como la necesidad de renovar periódicamente sus componentes, o que su precio puede ser muy superior a la de una consola de sobremesa para obtener una experiencia de juego similar, todas las políticas anti consumidor que Sony y Xbox están haciendo, no paran de empujar a los jugadores al PC, una plataforma con una comunidad mucho más firme en cuanto a la reivindicación de sus derechos, y con ventajas estructurales como la posibilidad de jugar online sin necesidad de pagar ninguna cuota de suscripciones.
El PC siempre ha sido una plataforma poderosa, pero atraer al público de consolas había sido siempre una de sus odiseas más complicadas. Sin embargo, con el paso de los años, con una comunidad cuya edad media ha ido aumentando gradualmente (y por ende, su poder adquisitivo), y con políticas en consola que dejan mucho que desear, jugar en ordenador se ha convertido en la vía de escape de cada vez más jugadores insatisfechos con las consolas en general.
¿Se darán cuenta a tiempo compañías como Xbox o PlayStation, o mantendrán su modelo a la deriva hasta que desaparezca? Cada una cuenta con contextos muy diferentes, y bastante más desfavorables para Xbox, enfocándose cada vez más fuertemente en el juego en la nube, por lo que habrá que ver por dónde pasa el futuro de las consolas durante los próximo años, y si las suscripciones seguirán elevándose como un modelo cada vez más popular, pese a las constantes subidas.
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